La dieta alcalina consiste en retirar alimentos ácidos y cambiarlos por alimentos alcalinos, de forma que sean éstos los que predominan a la hora de comer. Todo esto con el objetivo de mantener en el organismo un PH adecuado, reduciendo síntomas de tipo inflamatorio, riesgo cardiovascular y aportando una mejoría al sistema óseo. Es una dieta anticancerígena.
El porcentaje de alimentos alcalinizantes que debemos consumir a lo largo del día será del 80%, consiguiendo optimizar nuestra salud acompañado por supuesto, de una pérdida de peso.